Por qué divulgar (neuro)ciencia, y tres grandes divulgadores

¿Sabían que muchos científicos y científicas comparten sus conocimientos con el resto de la sociedad, verdad? Además de sus tareas como investigadores y formadores, sumadas a la presión por mantener sus líneas de investigación en un nivel alto y a la necesidad de generar descubrimientos rentables –tanto en utilidad como en retorno económico–, algunos sienten el deseo de divulgar, o se les pide que lo hagan.

Los tres divulgadores que he escogido son Nazareth Castellanos, Oliver Sacks y David Bueno. No voy a exponer en profundidad el porqué, en realidad sencillamente me gusta mucho su trabajo de divulgación. Pero antes, permitid que explique por qué creo que es interesante atender a la divulgación de la ciencia.

¿Por qué es interesante la divulgación científica?

Hay personas sentimos interés por ciertos temas. En este sentido, la ciencia es ideal para conocer cómo son las cosas que nos rodean, o cómo funcionan. La divulgación en las ciencias de la vida –biología, medicina, etc.– además, nos permite ejercer una mirada hacia nosotros mismos, con la que podemos entender, al menos en parte, de qué estamos hechos, y por qué los humanos hacemos las cosas que hacemos.

Por eso, yo diría que escuchar e interaccionar con las personas que se dedican a la ciencia tiene varias utilidades:

  1. Disfrutar escuchando a expertos/as: una manera de pasar un buen rato haciendo algo y que mi madre diría que es constructivo es atender a una charla de alguien que se ha dedicado mucho tiempo a estudiar –y aquí hablo más bien de décadas–, para saber qué ha entendido o aprendido del tema.

  2. Aumentar nuestro conocimiento: la frase de 'el saber no ocupa lugar' podría discutirse, pero es interesante aprender cosas nuevas, solo por el hecho de que alguien nos las cuente. La transmisión de conocimiento mediante historias es uno de los rituales humanos más antiguos, que podríamos datar de las reuniones de tribus alrededor del fuego en los primeros pasos del Homo sapiens en el planeta.

  3. Encontrarle a este conocimiento una utilidad: tomando la visión norteamericana, alguien que te cuenta una historia en realidad 'te quiere vender una idea', por el motivo que sea. Lo hace para conseguir que 'compres' esa idea, que tal vez sea un producto como un crecepelo para la calvicie. Pero a lo mejor es una idea que puede abrir la visión que uno/a tiene de algún tema concreto. Quizá, quien reciba la información, puede encontrarle una utilidad real. Y, con todo, ver el mundo con otros ojos es siempre interesante.

  4. Involucrarse como ciudadano en la ciencia: hoy en día existen múltiples proyectos de participación ciudadana que lanzan instituciones, centros y fundaciones que se dedican a la ciencia. Estos proyectos pretenden acercar la ciencia a las personas, y además que se puedan implicar en ellos, siendo de utilidad para los científicos. también es una manera de establecer una relación de ida y vuelta, y tratar de alejar la creencia popular de que las personas que hacen ciencia viven como una élite alejada de la sociedad.

Seguro que hay más, pero se me ocurren estas cuatro. Hay muchos canales por los cuales uno/a, y aquí no hablo de rango de edad, puede disfrutar del conocimiento de los científicos, como por ejemplo talleres escolares, proyectos en colaboración, charlas, libros, artículos, podcasts, vídeos colgados en plataformas de streaming... Por esto, hoy en día no es nada difícil acceder a ello.

Quizá, lo único que hay que tener en cuenta es de dónde viene la información que llega, y plantearnos qué objetivo tiene la persona que nos está enviando los mensajes divulgativos. Esto se llama tener visión crítica de las cosas. Es importante que con la cantidad de información que hay en los medios, podamos filtrarla, y mejor si es basándonos en unos criterios. De todos modos, voy a dejar a criterio del lector/a escoger cuáles son.

Divulgar en neurociencia: pros y contras

Sabemos que estamos en la era de la neuroumbrella –en castellano, el 'neuroparaguas'. Esto significa que todo lo neuro parece que es guay per se. Además, si le pones neuro a lo que haces delante, cobra como un sentido más científico y verdadero. Y puede parecer que todo ahora esté bajo el paraguas de lo neuro, como si se tratara de otra moda comercial más. Pero hay que tener en cuenta que es importante, como decía antes, escoger de qué mensajes nos vamos a nutrir, porque quizá algunos de ellos tengan un sentido más bien vacío, y en el peor de los casos, contraproducente. Como se ve, he empezado por los contras.

Pero la neurociencia, y en especial la neurobiología, es muy bonita, en el sentido que permite abrir una ventana a cómo es nuestro cerebro; cómo funcionan sus células –algunas de ellas llamadas neuronas–; cómo interaccionan sus elementos entre sí; cómo se crea el comportamiento animal y humano gracias a esto; cómo es y cómo funciona cuando algo no va bien; cómo diseñar tratamientos para reparar el daño que pueda tener; y, la gran pregunta de ahora: qué es la conciencia humana, por qué está ahí con nosotros, y dónde está ubicada. Estas y otras preguntas mueven a los científicos a seguir indagando, y nosotros, como ciudadanos, tenemos la oportunidad de acceder a una buena parte de este conocimiento.

Tres divulgadores en neurociencia que me gustan

Llegados los ojos a esta última sección, voy a compartir aquí tres divulgadores de las neurociencias, con algunos recursos para que les puedan conocer: son Nazareth Castellanos, Oliver Sacks y David Bueno.

Nazareth Castellanos es licenciada en Física y doctorada en medicina en la Universidad Autónoma de Madrid, además de haber completado varios estudios de Máster. Lo que me gusta de su manera de comunicar la ciencia es su enfoque holístico e integrativo en lo que al cuerpo y cerebro se refiere. Dejo aquí dos charlas suyas:

TED Talk (2022): Lo que la meditación puede hacer por tu cerebro

Los secretos de la comunicación entre el cerebro y el corazón

Oliver Wolf Sacks (9 de julio de 1933 - 30 de agosto de 2015) fue un neurólogo, naturalista, historiador de la ciencia y escritor británico. Entre sus múltiples dedicaciones se encontraba la divulgación, y dejó numerosos documentos, sobre todo en forma de artículos, libros y charlas. Además, tenía un don a la hora de contar historias, como se puede ver en la siguiente charla:

TED Talk (2009): ¿Qué revelan las alucinaciones sobre nuestras mentes? (en inglés)

Muchos de sus libros se editaron en castellano en la editorial Anagrama. uno de sus libros más famosos es Despertares, en el que relata su experiencia con pacientes que sufrieron de encefalitis letárgica, una enfermedad que los dejó en un estado similar al sueño durante décadas.

David Bueno es neurobiólogo, genetista y codirector de la Cátedra de Neuroeducación de la Universidad de Barcelona. Su trabajo de divulgación se centra en aplicar los conocimientos que existen sobre el cerebro y el aprendizaje desde un punto de vista científico a la educación. La manera que tiene de transmitir las ideas y conocimientos es muy agradable.

David Bueno explica cómo cambia nuestro cerebro al aprender

Entre sus mensajes, encontraremos cómo de importante aprender a través de las emociones, o la actividad física, el arte, tocar música o la filosofía para sentar las bases de un buen aprendizaje. Os recomiendo su libro Cerebroflexia, donde expone de manera extensa cómo se moldea el cerebro a través del aprendizaje, que reside en sus millones de conexiones.

Siguiente
Siguiente

Huyamos de este calor vol. I